Muchas
cosas tiene Urabá que yo no tengo. Hace dos años cuando llegué por primera vez
a esta región nada me sorprendió; al contrario me pasaba el tiempo renegando
por el calor. Yo vivía en Medellín en el barrio Manila cerca al parque El
Poblado. Allí a solo unos pasos trabajaba en una oficina de migraciones para
Australia. (vea en youtube: Australia país preferido por los Colombianos). Bien
podría haberme quedado en esa ciudad pujante, disfrutando de las ferias, del
metro, de las flores, de la gente linda, de su gastronomía… o bien podría haber
viajado a Australia un País diverso, rico, exótico, lleno de sabor, considerado
por muchos, uno de los mejores lugares para vivir y aprender el idioma inglés. Pero
ni lo uno ni lo otro.
Quiso el
destino traerme a Urabá. Llegué como muchos por circunstancias laborales y aquí
estoy con más de dos años vividos en el corazón del eje bananero.
Pero, qué
es lo que tiene Urabá que a casi todos atrae y enamora? Sencillamente muchas
oportunidades:
Urabá es el puerto de destino
sobre el Atlántico más cerca de Medellín, Bogotá, Cali, el Centro y el Sur Occidente
del país. Es la puerta de entrada a Suramérica y al mercado Andino (mercado que
cuenta con más de 115 millones de consumidores).
Urabá que en lengua katía
significa “la tierra prometida” esta conformada por 11 municipios de Antioquia
(Urabá Antioqueño) y 4 del Chocó (Urabá Chocoano) para una superficie total de
11.664 km2. (más de 6 veces el área del departamento del Quindío).
Cuenta con 1 millón 52 mil hectáreas; de las
cuales 305 mil son aptas para la Agricultura, 300 mil aptas para ganadería y 200
mil de bosques tropicales. Sus más de 31.600 hectáreas sembradas en banano, generan cerca de 24 mil empleos directos
y más de 30 mil indirectos. De eso se encargan 320
fincas, capaces de producir 2.100 cajas de fruta de 18.14 kilogramos cada una
por hectárea/año. Para una producción de 84 millones de cajas de banano
al año, lo que representa unas
ventas de 420 millones de dólares. Contribuyendo
así con un 3.0% de las exportaciones totales y un 0.4% del PIB del país. Urabá vive y depende del banano.
El
banano es la fruta más consumida en todo el mundo por sus valores intrínsecos,
así como por sus aportes a la medicina natural: sus efectos paliativos
acreditan que el banano contiene triptofan, proteína que el cuerpo convierte en
serotonina, elemento que por sus propiedades ayuda a la relajación. A ello se
suma las importantes cantidades de potasio que aporta en la oxigenación del
cerebro; así mismo ayuda a mejorar el metabolismo humano y sus contenidos de
hierro actúan contra la anemia, estimulando la producción de hemoglobina en la
sangre. No en vano Urabá es la cuna de grandes deportistas nacionales que nos
han dado grandes victorias internacionales (en los pasados juegos olímpicos, de
110 deportistas que representaron a Colombia, 14 provenían de la subregión del
Urabá Antioqueño).
Cierto es
que Urabá le debe su fama y su desarrollo en gran parte al monocultivo del
banano, pero su mayor riqueza aún está por explorar. Una de las tantas riquezas
es el potencial en el sistema de riego que posee:
El
sistema hidrográfico de la región de Urabá está formado por tres grandes
vertientes: La del mar Caribe, constituida por la cuenca de los ríos Mulatos y
San Juan, que son sus principales afluentes; la vertiente del golfo, conformada
por las cuencas de los ríos Necoclí, Turbo, Caimán Nuevo, Currulao, Guadualito,
río León y sus afluentes: Río Grande, Apartadó y Chigorodó; y finalmente está
la vertiente del río Atrato conformado por la cuenca de los ríos Murindó,
Jadega, Chajeradó, Murrí y Riosucio. El golfo de Urabá se constituye así en el
receptor final de todo el sistema hidrográfico de Urabá y del Chocó; sus aguas
cubren un área de más de 4000 kilómetros cuadrados, que la hacen aún más
atractiva en momentos en que el acceso a agua dulce es un reto para la vida y
para los sistemas agrícolas de todo el mundo.
Son
varias las promesas y varios los intentos por construir grandes proyectos en su
abonada geografía; algunos ya puestos en marcha.
En la zona franca ya se está
terminando la construcción de la clínica panamericana; la primera de alta complejidad que se construye en la región. A esta
obra se suman en la zona franca proyectos metalúrgicos, de confecciones y logísticos
que aún se concretan.
Queda
mucho por hacer; una de las tareas es fomentar la agroindustria del banano
aprovechando los excedentes de cosecha para la transformación en Jugos,
Compotas, Puré, Harinas, Concentrados, Alcoholes, etc. con el fin de obtener
ingresos adicionales a la vez que se generarían nuevos empleos y se
aprovecharía la capacidad de carga puesto que actualmente los buques entran al golfo al 30% de su
capacidad y salen al 70%.
Al adentrarse en ese mar verde de actividad
febril, así como en los centros urbanos de la región del Urabá Antioqueño -
Chocoano, se incursiona en un territorio sorprendente, lleno de oportunidades
para la esperanza y para la construcción de nuevas realidades. Más adentro del
golfo se encuentra una variedad importante de peces con unas 400 especies, en
su mayoría aprovechables. Pero también sobre el subsuelo yace gran potencial de
petróleo, carbón, níquel y cobre.
Seguramente
son muchas las personas que han dejado de viajar al Urabá afectados por el
temor que han ocasionado las noticias malas de la región, pero quienes lo
hicimos, hemos encontrado una cara amable en su gente, una increíble
hospitalidad, una alegría sin igual en todos los pueblos, una población cada
vez más educada, con más ganas que nunca de quedarse, de hacer patria y de
hacer parte activa de “la mejor esquina de América”.