martes, 3 de mayo de 2016

columna de opinión

QUE TIENE URABÁ QUE NO TENGA YO

Muchas cosas tiene Urabá que yo no tengo. Hace dos años cuando llegué por primera vez a esta región nada me sorprendió; al contrario me pasaba el tiempo renegando por el calor. Yo vivía en Medellín en el barrio Manila cerca al parque El Poblado. Allí a solo unos pasos trabajaba en una oficina de migraciones para Australia. (vea en youtube: Australia país preferido por los Colombianos). Bien podría haberme quedado en esa ciudad pujante, disfrutando de las ferias, del metro, de las flores, de la gente linda, de su gastronomía… o bien podría haber viajado a Australia un País diverso, rico, exótico, lleno de sabor, considerado por muchos, uno de los mejores lugares para vivir y aprender el idioma inglés. Pero ni lo uno ni lo otro.
Quiso el destino traerme a Urabá. Llegué como muchos por circunstancias laborales y aquí estoy con más de dos años vividos en el corazón del eje bananero.
Pero, qué es lo que tiene Urabá que a casi todos atrae y enamora? Sencillamente muchas oportunidades:
Urabá es el puerto de destino sobre el Atlántico más cerca de Medellín, Bogotá, Cali, el Centro y el Sur Occidente del país. Es la puerta de entrada a Suramérica y al mercado Andino (mercado que cuenta con más de 115 millones de consumidores).
Urabá que en lengua katía significa “la tierra prometida” esta conformada por 11 municipios de Antioquia (Urabá Antioqueño) y 4 del Chocó (Urabá Chocoano) para una superficie total de 11.664 km2. (más de 6 veces el área del departamento del Quindío).
Cuenta con 1 millón 52 mil hectáreas; de las cuales 305 mil son aptas para la Agricultura, 300 mil aptas para ganadería y 200 mil de bosques tropicales. Sus más de 31.600 hectáreas sembradas en banano, generan cerca de 24 mil empleos directos y más de 30 mil indirectos. De eso se encargan 320 fincas, capaces de producir 2.100 cajas de fruta de 18.14 kilogramos cada una por hectárea/año. Para una producción de 84 millones de cajas de banano al año, lo que representa unas ventas de 420 millones de dólares. Contribuyendo así con un 3.0% de las exportaciones totales y un 0.4% del PIB del país. Urabá vive y depende del banano.
El banano es la fruta más consumida en todo el mundo por sus valores intrínsecos, así como por sus aportes a la medicina natural: sus efectos paliativos acreditan que el banano contiene triptofan, proteína que el cuerpo convierte en serotonina, elemento que por sus propiedades ayuda a la relajación. A ello se suma las importantes cantidades de potasio que aporta en la oxigenación del cerebro; así mismo ayuda a mejorar el metabolismo humano y sus contenidos de hierro actúan contra la anemia, estimulando la producción de hemoglobina en la sangre. No en vano Urabá es la cuna de grandes deportistas nacionales que nos han dado grandes victorias internacionales (en los pasados juegos olímpicos, de 110 deportistas que representaron a Colombia, 14 provenían de la subregión del Urabá Antioqueño).
Cierto es que Urabá le debe su fama y su desarrollo en gran parte al monocultivo del banano, pero su mayor riqueza aún está por explorar. Una de las tantas riquezas es el potencial en el sistema de riego que posee:
El sistema hidrográfico de la región de Urabá está formado por tres grandes vertientes: La del mar Caribe, constituida por la cuenca de los ríos Mulatos y San Juan, que son sus principales afluentes; la vertiente del golfo, conformada por las cuencas de los ríos Necoclí, Turbo, Caimán Nuevo, Currulao, Guadualito, río León y sus afluentes: Río Grande, Apartadó y Chigorodó; y finalmente está la vertiente del río Atrato conformado por la cuenca de los ríos Murindó, Jadega, Chajeradó, Murrí y Riosucio. El golfo de Urabá se constituye así en el receptor final de todo el sistema hidrográfico de Urabá y del Chocó; sus aguas cubren un área de más de 4000 kilómetros cuadrados, que la hacen aún más atractiva en momentos en que el acceso a agua dulce es un reto para la vida y para los sistemas agrícolas de todo el mundo.
Son varias las promesas y varios los intentos por construir grandes proyectos en su abonada geografía; algunos ya puestos en marcha.
En la zona franca ya se está terminando la construcción de la clínica panamericana; la primera de alta complejidad que se construye en la región. A esta obra se suman en la zona franca proyectos metalúrgicos, de confecciones y logísticos que aún se concretan.
Queda mucho por hacer; una de las tareas es fomentar la agroindustria del banano aprovechando los excedentes de cosecha para la transformación en Jugos, Compotas, Puré, Harinas, Concentrados, Alcoholes, etc. con el fin de obtener ingresos adicionales a la vez que se generarían nuevos empleos y se aprovecharía la capacidad de carga puesto que actualmente los buques entran al golfo al 30% de su capacidad y salen al 70%.
Al adentrarse en ese mar verde de actividad febril, así como en los centros urbanos de la región del Urabá Antioqueño - Chocoano, se incursiona en un territorio sorprendente, lleno de oportunidades para la esperanza y para la construcción de nuevas realidades. Más adentro del golfo se encuentra una variedad importante de peces con unas 400 especies, en su mayoría aprovechables. Pero también sobre el subsuelo yace gran potencial de petróleo, carbón, níquel y cobre.
Seguramente son muchas las personas que han dejado de viajar al Urabá afectados por el temor que han ocasionado las noticias malas de la región, pero quienes lo hicimos, hemos encontrado una cara amable en su gente, una increíble hospitalidad, una alegría sin igual en todos los pueblos, una población cada vez más educada, con más ganas que nunca de quedarse, de hacer patria y de hacer parte activa de “la mejor esquina de América”.